Una nueva colección de novias que entre otras cosas es de lo más original y atrevida, algo que no estamos tan acostumbrados a ver, pero realmente era necesario hacerle un hueco y aquí la tenemos. Anne Bowen reinventa las novias con unos trajes de lo más minimalistas entre los que destaca el color blanco como principal protagonista. Un desfile lleno de creaciones única que ahora veremos.
Para comenzar, un vestido largo, de corte recto que termina con un fino cinturón, así como un velo que está compuesto por una doble tela. Por un lado, la semi-transparente y por otro el tejido opaco, que hacen una especie de ondas muy suaves. El modelo de al lado, es corto con una especie de capa de un largo similar al del mismo vestido.
El siguiente vestido es más común para las novias, ya que está lleno de encajes, sobre todo, en la parte baja de la falda que desemboca en el corte sirena, que tanto se lleva y se ve, en las colecciones de novia. La parte superior también lleva este romántico tejido, así como en los anchos tirantes.
Las telas semi-transparentes vuelven a ser protagonistas nuevamente en un vestido de tul estampado con pequeños topos y un escote redondo. Este vestido es sencillo y espectacular, especial para novias que no quieren los típicos trajes muy recargados. Un corte recto en el que, en esta ocasión, no se adapta al cuerpo de la novia para dejar una libertad de movimientos.
Si fueran de algún que otro color, personalmente diría que se asemejan más a los vestidos de noche. La tradición de las novias actuales es sentirse más cómodas llevando un traje acorde a su gusto y estilo, con escotes drapeados en ciertos dibujos llenos de brillantes, con una base llena de estilo y clase.
En lugar de llevar velo, muchas novias optan por tocados más grandes y vistosos, pero en esta colección Anne nos propone unos chals que le darán más vida al look de novia. Desde luego son ideales porque acompañan a unos vestidos muy sencillos y elegantes. Una función que el chal sabe bien cómo sacarle partido…todas las novias del próximo año, no podrán perdérselo.
Terminamos como empezamos, haciendo mención de la originalidad con un vestido que evoca los años del cabaret, formado por unos flecos frontales que parecen marcar una especie de falda, aunque si seguimos bajando la vista, nos encontraremos con que la parte baja se va ciñiendo cada vez más a las piernas. Diferente y original donde las haya.