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Tenemos que pensar en cómo queremos que esté la iglesia en el momento de nuestra boda. Las flores que pondremos, los colores que mezclaremos…todo es importante en un día así. Realzar la belleza del templo, acorde con nuestro gusto y estilo, lleva su tiempo.
Primero hay que tener en cuenta las dimensiones de la iglesia y el estilo que nos permite a la hora de la decoración. Elegir las flores de la temporada, sería lo más ideal, pero podemos elegir en función de nuestros gustos, ya que sabemos que cada flor tiene su significado.
Debemos de asesorarnos por alguien especializado en este tema, pero por experiencia, se suele colocar dos centros a la entrada de la iglesia, uno a cada lado. También, en vez de flores, a la entrada, se pueden poner cestitas con arroz y pétalos, que serán usados una vez celebrada la ceremonia.
En los bancos, las flores, se suelen colocar en los extremos y unirse con un lazo. Para hacer el efecto de “seguimiento” a los novios, caminando por una bonita alfombra. Una vez en el altar, se decora la mesa y donde se vayan a colocar los novios, pero ya es para gustos; si la iglesia es grande y permite colocar varios centros de flores a los lados. La decoración nos dará un toque de luz y romanticismo.
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