Hace unos años, cuando asistíamos a una boda, lo que no podía faltar era el chal…un complemento imprescindible para asistir a la ceremonia, ya que el protocolo exige tapar los hombros en ella y además, nos aporta la elegancia máxima al vestido.
Sí es cierto que poco a poco, ha pasado a un segundo plano, para dar mayor protagonismo a los boleros o chaquetas de pelo. Aún así, yo lo veo como una opción muy sofisticada, ya que podemos combinarlo en todos los colores que nos imaginemos.
Aunque algunas opinan que es algo pasado de moda y muy hortera pero si echamos la vista atrás, como hemos mencionado antes, creo que casi todas o puedo decir que todas, lo hemos lucido en alguna ocasión.
Un fino trozo de tela, mayoritariamente gasa, que podíamos colocar de diversas maneras: atándolo a la espalda, delante, en la zona del pecho o ya cuando la fiesta avanzaba, de estilo bufanda. ¿Volverías a confiar en este complemento?.