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La corbata es un elemento fundamental como parte del traje del novio. Tiene una vital importancia porque le dará ese toque de color que el traje necesita. De todas las bodas que he participado, en ninguna vi una corbata repetida, en color, me refiero. Esto es porque el mercado nos ofrece una gran variedad de colores y matices. Quizás los más elegidos son los colores fuertes como el naranja o el azul.
A la hora de elegirla, tenemos que tener en cuenta que una buena corbata no puede arrugarse, por ello, la mejor tela es la seda para poder hacer un buen nudo sin la preocupación de esas indeseables “arruguitas” en la tela. Un truco para saber si es una buena corbata, es cogerla por la mitad y las dos partes tienen que colgar rectas.
Hablando de nudos, tenemos que fijarnos primero en el cuello de la camisa y valorar el que sería más adecuado para ella. El más conocido es el nudo Windsor que es ideal para novios con cuello largo y para corbatas finas. Otro, también muy elegante, es el clásico, que en este caso, suele quedar mejor con corbatas un poco más anchas.
A veces, nos dejamos engañar por los precios más económicos, pero en seguida nos daremos cuenta de que por un poco más, tendremos una buena y duradera corbata, que cumpla su función el día más importante de nuestra vida y por qué no, en alguna otra ocasión que queramos volver a lucirla.
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