Uno de los grandes temas en toda discusión de pareja es el dinero. Además, al estar pasando por esta profunda crisis, los cinturones se han ajustado más de lo habitual y en muchos casos no es la única solución. Cuando nos casamos, hay temas que debemos de arreglar de la mejor manera posible.
Una de esas maneras, es la comunicación. Ambos deben de analizar la situación de cada uno, en cuestión de trabajo y de ahorros para afrontar los nuevos gastos que una pareja recién casada tiene.
Debemos de comenzar gastando en lo imprescindible para poder ir ahorrando un poco, aunque sea una cantidad mínima de cara a algún imprevisto. Cuando hagamos la compra lo mejor es llevar una lista para no gastar más de lo necesario. Además, lo mejor es comprar las marcas blancas…ahorraremos bastante.
Durante un tiempo, lo mejor es no cenar fuera de casa, llevarnos el tupper al trabajo y no hacer viajes a lugares lejanos que nos saldrán bastante caros. Puedes usar el coche siempre y cuando sea necesario, pero caminar es muy sano y económico.
Lo mismo ocurre con la ropa, que debemos de evitar comprar sin necesidad. Como sabes, los vicios deben de abandonarse…en primer lugar por salud y en segundo por el gasto que generan.
Para no pasarse, cada semana se fijará un presupuesto para los gastos diarios y mensuales. Claro está que muchas veces no se pueden llevar a rajatabla, pero sin duda es un incentivo a la hora de ahorrar.
Después de una boda, hay que comenzar una vida, poco a poco. Quizás el primer año sea un poco más complicado para muchas parejas, pero todo se puede lograr, con un poco de esfuerzo.