Creo que no exagero cuando digo que la mayoría hemos pasado por una situación similar como ésta. Nos asaltan dudas y miedos antes de la boda y claro está, son producto de los nervios que en cada persona pueden aparecer de la manera menos inusual.
Cuando tenemos un noviazgo largo y nos decidimos a dar el siguiente paso, siempre hay algo que nos hace dudar. Mucho más para los noviazgos más cortos, ya que estamos dando un paso más, hacia lo desconocido.
Claro que nuestra vida va a cambiar, pero si hemos dado este paso es porque estamos seguros de querer compartir nuestra vida con esa persona especial. El camino nunca es sencillo pero tampoco imposible.
No hay que darle tanta importancia si comenzamos a notar esa sensación de miedo. Debemos de intentar relajarnos en la medida posible y pensar que es algo de lo más común.
Para intentar frenar esta situación, lo mejor es hablar. Seguro que tus amigas, están deseando escucharte y tú te quedarás como nueva. Hablar y desahogarse es una de las mejores soluciones ante ciertos problemas.
Otro de los miedos más comunes es pensar en si saldrá bien. Esto es algo que todos nos preguntamos, pero que nunca tendremos la respuesta, ya que solo la vida nos la podrá conceder.
Si habéis dado el paso, es porque estáis seguros. Las dudas siempre aparecerán pero la cuestión es mantenerse unidos, ser muy sinceros y compartir todo lo que os aceche.