Siempre que hablamos de la luna de miel se nos viene a la mente una serie de viajes y de destinos románticos que seguramente queramos visitar cuando llegue el gran día pero hay que saber que no siempre ha sido así y que como todas las cosas, ha tenido un origen. Aunque más bien nos atrevemos a decir que ha tenido más de uno ya que cada cultura le otorgaba un nuevo significado a lo que hoy conocemos como luna de miel. Sea como fuere, es sin duda otro de los momentos más importantes para una pareja recién casada porque de esta manera podrán descansar de tanto estrés tras haber organizado una boda y siempre viene bien un poco de tiempo juntos.
Por otro lado, como no siempre se entendió así, vamos a ver los significados más importantes. Para comenzar, hay una teoría que cuenta con miles de años en la que se decía que el padre de la novia le regalaba al novio y recién estrenado marido, cerveza pero no una cerveza cualquiera sino la que estaba hecha de miel y durante unos días tenía que beber toda la que quisiera o pudiera. Años depués era la madre de la novia quien, para pedir por el matrimonio toda la felicidad, tenía que colocar cada noche un vaso lleno de miel que tenía que poner justo en la ventana donde dormía la pareja.
Como parece que la miel seguía siendo protagonista, una de las versiones de su origen que ya más se asemejan es que las bodas se tenían que celebrar cuando hubiera luna llena y para festejarla bebían licor que contenía miel. Parece que ya la unión de los dos símbolos comenzaba a tener algo más de sentido para lo que hoy conocemos como tal. Como decíamos antes, la miel es siempre protagonista de cada versión porque simbolizaba la felicidad.
Otra versión, un poco diferente era que el hombre raptaba a la novia y de esta manera los familiares o amigos no podían verla durante un mes y en él, también bebían la dulce miel. Hoy en día está claro que tenemos otro concepto muy diferente de lo que significaba en sus orígenes pero quizás es la mejor versión para que la pareja pueda comenzar su vida juntos con un bonito viaje y unos días de relax. Atrás queda el mes, pero bienvenidos sean unos días, para todos aquellos que puedan permitírselo.