No queremos ponernos negativos, pero a veces en la vida, pasan cosas inesperadas y hay que intentar afrontarlas de la mejor manera posible. Algunas veces, planeamos nuestra boda con toda la ilusión del mundo, pero no todo va por el camino recto, sino que a veces, tenemos que atravesar ese mismo camino con curvas.
Si por cualquier motivo, la boda se cancela, la carga emocional es importante, pero también todo lo que se puede venir encima. Depende de lo avanzado que esté la planificación, pero casi seguro el fotógrafo o si has contratado un Dj, se pueda anular. Aunque, hoy en día, lo digo por experiencia, cada cosa que contratar, tienes que dar un dinero para evitar cancelaciones.
Por este motivo, hay muchas cosas que podrás cancelar, pero perderás dinero, sin duda. El banquete y el vestido, más de lo mismo, porque cuando das un "sí", te dejas una cantidad de dinero que ya no verás más.
Si todavía no tienes las invitaciones enviadas, será más fácil avisar a los invitados de esta decisión, aunque dura para los novios. Se pueden mandar una especie de tarjetas, avisando del motivo de cancelación o quizás, con los más allegados, una llamada de teléfono bastará. Es un trago amargo, pero como dice el refrán, no hay mal que cien años dure y que seguro será una decisión acertada.