Últimamente nos regimos por ciertas normas protocolarias y más cuando se trata de una boda o una fiesta. De esta manera, siguiendo un orden y digamos, unas normas las cosas saldrán mucho mejor. En otras ocasiones, ¿por qué no romper con tantas normas?.
Hoy estamos dispuestos a ello, a hacer que nuestra boda y nuestro banquete sea de todo menos protocolario. Sin unas reglas que haya que seguir pero siempre pensando en nuestros invitados.
Hace algunos años, a la hora del banquete, la gente se iba sentando en función de la amistad, de esta manera los más conocidos siempre estaban juntos en una sola mesa.
Más tarde vinieron las ideas de colocar a los invitados, por mesa y por nombre algo que es parte del protocolo y que al principio no fue demasiado bien acogido por todos los presentes que siempre quieren estar con otras personas.
De este modo, podemos volver al comienzo y colocar unas mesas alargadas pensadas para toda esa gente que quiere estar reunida, sin nombres en ellas. Si lo prefieres, unas redondas también son otra opción para ello, pero debemos de saber muy bien quién puede juntarse con quién para que no queden sin sitio.
De esta manera, todos los pasarán mucho mejor, estarán con quienes quieran y la presión para nosotros será menor. Si seguimos este tipo de iniciativa, también podemos hacer lo mismo con la comida.
Pondremos una especie de buffet para que todos puedan seguir su propio ritmo. Una boda más personal que nunca y sin seguir normas ni protocolos…¿te animarías a hacer la tuya así?.