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Cuando hacemos la lista de los invitados, no podemos evitar pensar en cómo los colocaremos en las mesas. Muchas veces, parece un trabajo sencillo, pero se puede complicar un poco, por eso, tendremos que averiguar algunas claves para distribuirlos. Primero hay que tener en cuenta la afinidad que haya entre los invitados, por eso siempre se suele colocar una o dos mesas para la familia, donde sabemos que no se van a aburrir, porque siempre hay algún tema familiar recurrente para que la fiesta no decaiga.
Por otro lado, las amistades tendrás que juntarlas según el grado de confianza de cada uno de ellos. Si sois un grupo grande, no tendrás problemas para sentarlos juntos, el problema aparece cuando nos quedan personas “colgando”, porque digamos, que no son amistades comunes con el resto.
Si tienes este problema, puedes sentarlos por edades, aunque no se conozcan bien, un día así, como es una boda, siempre se acaba hablando hasta con el que no tenías pensado hacerlo.
Puedes colocar mesas redondas de ocho o diez invitados, o si tienes una boda con mucha gente, entonces podrás intercalar con mesas alargadas que también son muy elegantes.
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