Hoy en día, toda precaución es poca para nuestro vestido de novia y menos mal, que tenemos que ir a recogerlo el día antes de nuestro enlace, para que nos lo dejen impecable y listo para usar. Pero si por circunstancias, tienes que viajar y al abrirlo notas que las arrugas se han apoderado de la tela, no desesperes.
Hoy te vamos algún consejo sencillo que hará que tu vestido vuelva a brillar perfecto, como recién salido de la tienda. Para comenzar, lo ideal es que, el vestido permanezca estirado, por eso, hay que colgarlo de una percha y en un lugar alto para que puede estirarse del todo.
Si aún así, las arrugas continúan; entonces, debemos de colgarlo en el baño, lejos del agua, claro está. Abrimos la ducha y cerramos la puerta o la ventana del baño, para que el agua caliente produzca el vapor que será nuestro mejor aliado.
Con unos diez minutos, debería de ser suficiente, sino, volvemos a repetir el proceso y cuando lo tengamos, pasamos a colgarlo bien estirado. Si tienes que desplazarte, lo ideal es llevarlo en una bolsa amplia o en una caja envuelto de un par de sábanas.